Las abejas, en su actividad en el campo, unen.

Unen el suelo con las plantas, las estaciones con sus ritmos, la información entre los seres vivos. Unen también el paisaje con las personas, porque lo concentran con sus sabores y aromas: el de la cera, el propóleo, la miel.

Cuando comemos miel, estamos ingiriendo la esencia de un paisaje, el esfuerzo y cuidado de miles de seres, que mejoran su entorno, y el futuro.

La miel siempre se consideró alimento y medicina.

La miel Libre es una miel aragonesa. No la mezclamos con mieles de lejos ni de cerca, no la pasteurizamos, ni la filtramos, no le añadimos nada. Sólo la pasamos del panal al bote.

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